La era digital exige una reforma educativa

En medio de la evolución de la sociedad contemporánea sumada al Estado que la representa en el aspecto político, se enfrenta al imperativo de hacer una revisión al paradigma tradicional del modelo educativo a fin de incorporar los aportes de la computación y de la comunicación a distancia.

En medio de esta era digital que estamos viviendo, el desafío de la sociedad y de los gobiernos, en materia de educación y de cultura, se debe enfocar en combinar de forma razonable la tecnología con humanismo, y modernidad con democracia y equidad social, aunque ya instituciones educativas como EAE opiniones lo están aplicando desde antes de la nueva normalidad.

El fin último es generar un cambio con el que se vaya introduciendo en el modelo pedagógico crecientes dosis de autoaprendizaje a distancia. Se trata de aperturar un proceso en donde se vaya cultivando la cultura de la computación y de Internet para que se pueda facilitar el acceso al conocimiento y también a los niveles de preparación de un pueblo.

Se podría decir que es una grave irresponsabilidad histórica que no se asimile que los aportes de la revolución tecnológica vienen a representar una extraordinaria oportunidad con la que se puede avanzar en lo que respecta al perfeccionamiento de los sistemas educativos y en la democratización de la información y del conocimiento.

En primera instancia se debe tomar conciencia de que no se puede diferir más una incursión seria y a fondo en lo que respecta al tratamiento público del tema y que debe ser ubicado, al mismo tiempo, entre las más altas prioridades para cada una de las naciones.

Desde siempre, la educación ha funcionado como una pieza clave dentro del desarrollo armónico de una sociedad, pero al mismo tiempo, funciona como el principal vehículo con el que se puede lograr una mayor igualdad de oportunidades, alcanzando mejores estadios de bienestar y de progreso. En consecuencia, la educación ha sido una de las prioridades más significativas de la sociedad y del Estado.

Se puede afirmar, que los procesos educativos y de formación de la cultura han estado influenciados en su desarrollo histórico por diversos acontecimientos que han surgido como producto de la capacidad creadora del hombre, del mismo modo como ha sucedido con la construcción del alfabeto, la aparición del libro, la invención de la imprenta y, más recientemente, el surgimiento de la televisión y de los medios audiovisuales, la computación y el Internet.

Tales descubrimientos o innovaciones tecnológicas se han encargado de marcar las épocas en la historia de la humanidad que se han caracterizado por saltos cualitativos enfocados en la edificación del conocimiento y en el desarrollo de los modelos de enseñanza de la sociedad.

Durante las dos últimas décadas, hemos podido presenciar una auténtica revolución tecnológica dentro de la comunicación y de la información que ha conducido a las nuevas generaciones a dar por sentado que vivimos en una «era digital», en otras palabras, se trata de una época donde la que la informática y la telemática se encuentran produciendo transformaciones dentro de los patrones tradicionales surgidos de los procesos productivos, de la ciencia, la industria, el comercio, y, en general, de todas las actividades de las organizaciones humanas.

Gracias a una nueva era en la telecomunicación se pueden cancelar las fronteras y aminorar los límites en las distancias y en el tiempo, acercando a las personas, potenciando la velocidad en la clasificación y el acceso de la información para poder tomar decisiones ofreciendo la apropiación inmediata de las fuentes enciclopédicas del conocimiento que en otros tiempos solo eran patrimonio exclusivo de unos cuantos.

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